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Al final Brasil se llevó el gato al agua. Ganó, con justicia el Primer Campeonato Mundial de Fútbol Sala Femenino, celebrado en las localidades madrileñas de Torrejón del Rey y Alcobendas.
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A las nuestras les queda ese mal sabor de boca de no haber podido llegar a la final, pero quizás con el tiempo esta derrota, además de enseñar y acumular experiencia internacional, haga que se valore más el próximo Campeonato Mundial que ganarán, seguro.
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Han estado enormes. Han convivido durante 15 días y, a las órdenes de Jose Venancio, han estado como haciendo un Máster con los gastos pagados, según nos comentan. Para el Seleccionador Nacional también ha sido una buena experiencia y se lleva algunas enseñanzas en su maleta, que no se cierra desde primeros de octubre y que queda abierta para ir de camino a Italia próximamente.
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En la entrega del trofeo que ganó Brasil (con Marcos Sorato y Vander, de seleccionadores) estuvieron presentes los máximos dirigentes del deporte Madrileño y del fútbol sala nacional como Antonio Escribano (CNFS) y Javier Lozano (LNFS), éste último al que habría que presentarselo al de la megafonía ya que se olvidó de presentarlo en toda el acto de entrega de medallas.
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En fin, otra vez será. El fútbol sala femenino le pisa el terreno al masculino y no tardará tanto como nosotros en ser Campeonas del Mundo… son más "cabezonas y pesadas" en todo lo que se proponen.
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