Antonio García-Plata deja la presidencia de la AJFS tras 24 años al frente

Antonio García-Plata deja la presidencia de la AJFS tras 24 años al frente

Antonio García-Plata (Madrid, 08-03-1968) ‘cuelga’ voluntariamente la presidencia de la Asociación de Jugadores de Fútbol Sala tras 24 años en el cargo. Ex jugador inquieto por los derechos de los deportistas ha construido una asociación en la que sólo creyeron los jugadores. Tuvo el valor de levantar un Sindicato desde cero a base de trabajo, constancia y salvando mil barreras que otros intentaron sin éxito.

Se ha dejado media vida en el camino con su alter-ego jurídico Eduardo Meléndez y ahora, una vez asfaltado el terreno, da un paso a un lado para que sigan las nuevas generaciones. Deja su legado en manos de otro exjugador convencido de que defender a los deportistas vale la pena, José Ruiz.

– ¿Por qué lo deja después de 24 años?

“Son muchos años al servicio de mucha gente. Me voy agradecido y desgastado por batallar muchas guerras… pero ya está todo ganado. El jugador de fútbol sala tiene un presente y un futuro; tiene Seguridad Social, en mi época nos pagaban en negro y sin la certeza de que fuésemos a cobrar. Ahora todos los jugadores de Primera y Segunda División tienen su salario garantizado, saben que van a cotizar, que no van a perder ese tiempo mientras desarrollan su profesión; tienen su derecho a paro; un Convenio Colectivo de garantías y derecho a vacaciones… antes no. Todo ha sido muy trabajado. Por último, saben que cuando se hacen mayores y tienen que dejar de jugar existe una organización detrás que les apoya y orienta su futuro”.

– ¿Qué le impulsó a este largo viaje?

“La AJFS se crea a raíz de una agresión del presidente del club At. Madrid Leganés, Juan Bautista Santos Murcia, a Antonio Muñoz, padre de Gus, jugador del equipo. El motivo, reclamarle la deuda contraída con su hijo. Aquel suceso era uno más de los muchos que había por entonces, pero nadie daba el paso al frente. Fue el detonante. Yo era un jugador de medio pelo, internacional y campeón de Liga, pero también descendí con un equipo, curiosamente en el que más jugaba. No me había creado enemigos, no cobraba más que nadie, no le quitaba el puesto a nadie, el eterno estudiante de Arquitectura… quizás esa fue la clave. Durante mucho tiempo fue “la Asociación de García-Plata”

Un camino muy largo

“Sí. En estos 24 años, 21 hemos sobrevivido con lo puesto. Era una cuenta bancaria más que teníamos que mantener sin entrar en números rojos. A Eduardo Menéndez y a mí nos costó tiempo y dinero conseguirlo. Pensábamos que lo recuperaríamos con las cuotas, a veces lo conseguíamos y otras no, pero daba igual. Sobrevivimos con las cuotas de los socios que nos dejaban entre 10 y 15 mil euros al año, hasta que han llegado las ayudas a las asociaciones de la Federación Española de Fútbol. Con ese impulso hemos pasado de 400 a 1.500 socios gracias a un proyecto capitaneado por David Córdoba y 40 exjugadores delegados que acercan la AJFS a todos los vestuarios, poniendo la organización a su servicio. Becas de estudios, proyectos europeos, convenios con marcas deportivas, estudios… Un gran porcentaje de jugadores valoran lo que hemos hecho y se lo agradezco infinito. No saben la fuerza que nos dan cuando nos lo reconocen”.

 

– Pero, habrá pasado momentos duros…

“Sí. En las negociaciones de convenios, o cuando un jugador te llama porque no tiene dinero ni para volver a su país. Otros, porque les echan del piso porque el club no lo paga. Jugadores que han ido a otras ciudades a jugar como profesionales y tienen que pedir dinero en casa porque no tienen para comer. Convenios colectivos como con la LNFS en los que te intentan engañar: documentos que se firman y luego no se cumplen, se inventan episodios para manchar el buen nombre de la Asociación e intentan influir en jugadores, montando sindicatos paralelos como la extinta ‘Oficina de Atención al Jugador de la LNFS’… aunque después de 24 años puedo contar con los dedos de una mano los que nos han apuñalado y ellos saben quiénes son. Pese a ello, la AJFS ha pasado de ser algo que no existía y que todos pensaban que tenía que existir, a ser una organización fuerte y con presencia en los estamentos donde se deciden las cosas del fútbol sala. De cero socios, a cerca de 1.500; de cero pesetas de presupuesto, a más de 250.000 euros…”

– ¿Se va satisfecho? 

“Si, claro. Me gusta ir a los partidos y ver ahí abajo a los jugadores corriendo de un sitio para otro despreocupados de todo lo que no sea jugar, porque el resto lo tienen garantizado. Lesiones, deudas, vacaciones, formación… pase lo que pase, están tranquilos. Se me pone la piel de gallina cuando los jugadores profesionales se sacan la ESO o el Acceso a Universidad, cursos de entrenador…, gracias a la AJFS. Que me llamen para decirme “presi, quién me iba a decir que a estas alturas iba a ser universitario” me llena de orgullo. La Asociación ha participado en el futuro de muchos jugadores y más que va a seguir participando”.

– ¿Qué dirigentes le han decepcionado más?

“Javier Lozano, presidente de la LNFS, sin duda. Vendía su apoyo a los jugadores de fútbol sala y de eso nada. No le preocupaban los jugadores. Le preocupaba su Liga Nacional de Fútbol Sala y los clubes, le daba igual que los jugadores cobraran o no. Sólo le importa mantener un negocio cuando los grandes protagonistas son los jugadores. Sin jugadores no se puede jugar un partido de fútbol sala. Se juntan 10 jugadores, con una lata y cuatro piedras de porterías y se monta un partido. Por muchos estamentos que haya no tienen sentido sin los jugadores. Ellos son los artistas y la razón de ser del deporte en general y del fútbol sala en particular. En la época de la crisis fueron ellos, los jugadores, los que con más de 1.500.000 de euros en deudas financiaron el fútbol sala. Ningún gurú se puede apropiar de haber salvado el fútbol sala”.

“La Asociación de Deportistas (AD) fue otra decepción, especialmente con Cayetano M. de Irujo como presidente. Esperábamos mucho de él, pero la cabra siempre tira al monte y se alió con el poder. Cayetano fue a servirse de los deportistas, no a servirlos y eso tumbó la AD. ¿Te imaginas a todos los deportistas unidos? Seríamos imparables”.

– ¿Y jugadores?

“También, pero son los menos y ellos saben quiénes son…” Jugadores que se pusieron muy de lado dejando tirados a sus compañeros. No entiendes esas posturas y suscompañeros en general tampoco. Al final en el fútbol sala nos conocemos todos y sabemos de qué va cada uno. O les han envenenado o se han dejado envenenar, que es lo mismo”.

– ¿Quiénes han sido sus grandes apoyos?

“Uno en especial, Eduardo Meléndez, abogado y alma mater de la Asociación. Cuando murió mi madre, que fue la que más impresos dobló, más pegatinas de socios hizo y más sellos pegó de la historia de la AJFS, Eduardo ocupó el primer puesto en el podio de las mejores personas que yo he conocido.

Puedes hacer muchos convenios de formación, de ayudas, de apoyo, de conseguirles zapatillas… pero realmente cuando al jugador le deben dinero, se siente desamparado, y de repente aparece una persona como Eduardo que las 24 horas del día y 365 días al año está pendiente de él; se preocupa sin importarle el nombre, si es o no famoso, si le deben 300 euros o 300 mil. Ni un jugador puede decir que Edu no ha estado ahí. Ha sido mi mejor fichaje. También Fernando Olazábal con la página web y bases de datos que nos ha dado presencia y orden desde su creación. Espero que José Ruíz sea otro fichaje tan exitoso como ellos dos”.

– ¿Cómo ha podido compaginar su trabajo y la presidencia con la familia?

“Siempre digo que para hacer muchas cosas y tan distintas hay que hacerlas todas regular… lo perfecto es enemigo de lo bueno. A mi mujer, Margarita, y a mis cuatro hijos les he quitado mucho tiempo. Quiero pensar que no ha sido tanto y que me ha dado muchas alegrías…. volvería a crear otra vez la Asociación.

Compaginar todo con la familia es complicado, pero me han ayudado muchísimo, más de la cuenta ya que los problemas de los jugadores se colaban en casa. No hacían más que decirme que dejase la arquitectura y me volcara en la AJFS porque veían que estaba más involucrado y disfrutaba más con los jugadores que con los proyectos de mi profesión. Pero no, esa independencia de no depender económicamente de la AJFS es lo que me ha facilitado ser un alma libre y ganarme la confianza de los jugadores”.

– ¿Qué me puede decir de José Ruíz, su relevo natural?

“Que es el actual vicepresidente. Es honesto, implicado, leal y querido en el fútbol sala. Le llaman ‘La Roca’. Va a ser mejor presidente que yo, seguro, como también ha sido mejor cierre que yo. Le falta, lógicamente, experiencia en cuestiones políticas o contactos. Si quiere tomar las riendas lo hará muy bien. Realmente pienso que, si hubiese elecciones y fuésemos los dos candidatos, saldría él; esa es una señal de que tiene que haber un relevo. A mí, las nuevas generaciones no me conocen.

¡Hasta les tengo que decir que he sido jugador de fútbol sala como ellos! José Ruíz va a los vestuarios y acaba las charlas pidiéndole selfis. Creo que está hecho para este cargo, para defender los intereses de los jugadores. También tiene otro punto a su favor, que tiene su propia empresa y eso le ayudará a decidir con independencia”.

Por último, qué nombres propios, además de los mencionados, mete en su mochila en agradecimiento al apoyo que le han dado en todo este tiempo.

“Muchos, pero hay varios a los que no quiero dejar de agradecerles su altruismo y apoyo, como a Gerardo González Movilla, ex presidente de AFE y de la MDP. En los inicios, mantuve una primera reunión con él y salí con un ordenador en las manos, no teníamos entonces ni para eso. Pero de aquella cita salí con algo que me metió en las venas, el asociacionismo y que unidos se consiguen las cosas. Eso me lo inculcó y no lo olvidaré, un amigo. También Luis Rubiales, se ha preocupado por el fútbol sala.

Podría haber pasado del fútbol sala y la situación de servilismo que había en la LNFS. Con los jugadores se ha portado fenomenal. Dice que la sección de fútbol sala es la que más quebraderos de cabeza le da de todas las de la RFEF. Hay que ser agradecido. Ha apostado mucho por los sindicatos y solo tengo palabras de agradecimiento. A mí, personalmente, nunca me han fallado”.

 

– ¿Y anónimos?

“Hay mucha gente que desde el anonimato nos ha ayudado. Periodistas como Alejandro Alcázar, Enrique Serrano y otras personas de prestigio como Marta Alamán, Ángel M.ª Villar, Alberto Palomar, Alejandro Blanco o Natalia Orive, presidenta AJFSF, que me ha mantenido “despierto” estos últimos años… gente que ha apoyado a la AJFS desinteresadamente, repito, desinteresadamente. Y jugadores desde el anonimato… muchos, muchísimos, pero seguirán siendo eso, anónimos. Ellos saben quiénes son y les estaré siempre agradecido”

 

– ¿Ha tenido el apoyo de jugadores de referencia?

“Los avances en los derechos de los jugadores, y de los deportistas en general, han sido gracias al apoyo de todos los jugadores y de las grandes figuras. Hay un momento en el que las negociaciones no avanzan, llegan a un punto en las que se paran. Es cuando las asociaciones y sindicatos tienen que tirar de las grandes figuras.

Tiramos de Luis Amado, de Ricardinho, Javi Rodríguez, David Marín, Javi Lorente…, grandes enseñas de este deporte se han mojado. Han ido a las negociaciones, hablado con sus compañeros y se han plantado cuando ha sido necesario. Jugadores que no tenían ningún problema en sus clubes o equipos, que cobraban religiosamente, pero se solidarizaron con los que no cobraban. Admirables”.

 – ¿Son los jugadores de fútbol sala un referente para el resto de deportistas?

“Sin duda. Los demás deportistas deberían imitar a los jugadores de fútbol sala, que en un momento determinado fueron todos a una, se plantaron. Han sido ellos los que han conseguido todo. Tienen un Convenio Colectivo, programas de formación, están representados en la Junta Directiva de la RFEF, en la Mutualidad de Deportistas Profesionales, en la EU Athletes, en FESIDES… Tanto económica, como políticamente, la AJFS está en la mejor situación de su historia y quedará en buenas manos, seguro”.